Una cosa es mirar documentales de animales en su hábitat natural y otra diferente, muy diferente, es vivir la experiencia. Tuve el honor e inmenso placer de compartir experiencias con los animales en África, y aprender mediante la observación (y la información brindada por los guías) muchísimo de ellos, de la naturaleza, del veganismo, de los seres humanos.
¿Sabías que los animales más fuertes son los que se alimentan de plantas? Y que existe una armonía perfecta allí afuera en la naturaleza, que no alcanzamos a contemplar del todo cuando estamos sumidos en nuestra vida cotidiana? (en especial si vivimos en la ciudad).
Leones, elefantes, jirafas, cebras, hienas, orangutanes, hipopótamos, rinocerontes, entre otras especies, y anécdotas como la que te voy a contar aquí:
Una mañana después de desayunar, durante mi estadía en el delta, decidí salir a caminar y explorar un poco el lugar. Luego de unos minutos, decidí doblar en un árbol y ¡pum! de repente me encontré con una docena de leones descansando bajo un árbol después de haberse alimentado, a menos de dos metros delante mío. ¿Te imaginás la sorpresa?
La mamá leona protegía a sus crías y me miró fijamente… decidí entonces tomarle unas fotos y retirarme de su territorio caminando hacia atrás cabizbajo, lentamente, y sin perderla de vista… en señal de respeto por invadir su territorio.
Cuando me fui, creyendo que ya estaba a salvo, y agradeciendo que todo salió bien, me encontré con el macho alfa… el protector de la familia que estaba bajo el árbol. ¿Cómo te explico la sensación y la adrenalina que se genera en una situación así de supervivencia?
Le demostré que yo no era una amenaza y me dejó retirarme nuevamente… sentí éxtasis y pensé: ¿¡quién me va a creer ahora!? Fue una experiencia muy extasiante y a la vez gratificante… me sentí como un niño en el patio de su casa.